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sábado, 4 de agosto de 2012

Al borde del desahucio



Autora   :   Doris Sánchez


No se lo podía creer, de ser el titular  oficial de su casa de repente se veía allí acorralado utilizando menos de la cuarta parte de la vivienda que  le permitía  moverse holgadamente por todos lado, era peor que una invasión de alienigenas  y estaba dispuesto a pelear por lo que consideraba hasta ese momento un territorio de su propiedad.  Habían llenado su casa de objetos extraños y ante la desconfianza finalmente decidió guarecerse en un rincón a esperar el desenlace final y lo entiendo porque no le quedaba otra cosa.

Algo bloqueaba su libertad, los intrusos le estaban haciendo pasar duros momentos que igual no se merecía,  optó por guardar absoluto silencio a sabiendas de que   ¡¡¡En boca callada no entra moscas!!!  Pasaron justo dos días y la cosa seguía igual, ni mejor ni peor.  Decidí intervenir a favor del presunto perjudicado pero nada, era cosa de aceptación y ahí no podía ayudarle aunque quisiera.

Cuatro en total han sido los  obstáculos que cambiaron la vida del propietario de la vivienda, en cuyo caso para nada debía intervenir ni la Policía, tampoco la Guardia Civil ni los Servicios Sociales, pero él seguía ahí sin entender nada hasta que poco a poco se fue haciendo a la idea de que lo que  estaba impidiendo  su libre movimiento  tal vez  podría ser  inofensivo y que solo bastaría con probar.  El periquito Blue  ha sido premiado con aumento de mobiliario en su elegante casa dorada,  con un hermoso columpio de color amarillo con adornos llamativos  y hasta una campanita, una enorme barra de alimentos con  semillitas,  esta vez colgante a diferencia de los anteriores que bastaba con ajustar entre las barras de su jaula y se podía posar sobre ella mientras la  mordisqueaba,

le han cambiado sin consultarle  las dos barras  posaderas que antes eran blancas, por otras de color amarillo que al parecer no le gustan nada.  Me tiene preocupada porque  hasta hoy   no ha querido manifestar su parecer al respecto, yo que pensaba que los regalos le encantarían y que  alegrarían  su cautiverio pero no, está en proceso de aceptación y no me queda más que esperar para decidir si debo retirar los regalos o si finalmente los aceptará que espero así sea.


Mi hermana al verle en cautiverio me recomendó llevarlo al parque y darle la libertad, estuve casi a punto de hacerlo porque me parte el alma verle entre rejas sin haber cometido ningún delito y  mucho menos haber sido sentenciado por un Juez, no lo hice porque alguien me dijo que es un periquito doméstico que si lo libero moriría porque no está acostumbrado ni al clima exterior mucho menos a buscar sus propios alimentos que hasta ahora yo le suministro, buscarle una parejita también sería otro problema porque se pelearían o tendrían crías y aunque mucho me apetece ser abuela creo que no ha llegado mi momento, algún día será y lo disfrutaré en demasía, de momento espero resolver esta cuestión  satisfactoriamente.  Como podéis observar, no ha querido posar para las fotos,  prefiriendo así dar siempre la espalda como muestra de enfado ante los malos momentos que por culpa de su dueña está teniendo que  sufrir en carne propia con todo y plumas que le adornan.

Nota:  Me disculpo con mis lectores por problemas  que estoy confrontando en el blog,  que me está impidiendo ajustar los márgenes entre otros ajustes, espero resolverlo cuanto antes.


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