Si has tenido que pasar por un riachuelo o por un camino sin pavimentar, esos por los que la gente pasa porque lo tiene aprendido pero sin la mayor comodidad. Te habrás podido finar que los ríos tienen piedras, unas más grandes y otras más pequeñas, a veces hasta las playas son menos agradables porque hacen daño a tus delicados pies.
Te habrás fijado que cuando descubre que existen estos molestos obstáculos, o los retiras del camino o los evitas, incluso advierte a los demás para que les ocurra lo que a ti, si es que ya te han molestado.
La gente tiene dos tipos de reacciones, retirar el obstáculo o evitarlo pero si te has fijado no nos detenemos todo lo contrario, el instinto natural de la reacción humana no se hace esperar, es una tarea aprendida aún sea únicamente en la mente.
Quitemos todo lo que obstaculiza nuestras intenciones, dejemos a un lado o detrás aquellas cosas que nos bloquean y a veces quitan las ganas de avanzar, todo lo que no nos aporte en positivo hay que echarlo fuera aún sea lo que más amamos, no es egoísmo todo lo contrario, es tener muy claro nuestros objetivos, detectar la distancia que nos separa de la meta propuesta y a la vez empezar a programar el siguiente paso que nos permitirá completar el puzle de nuestra vida.
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