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martes, 11 de octubre de 2011

La pregunta del millón



Autora   :Doris Sánchez


Es la pregunta que todos nos hacemos sin que importe los estratos sociales, tema de debate en todos los medios de comunicación y hasta en las encuestas callejeras que implican a los ciudadanos a espera de dar con la respuesta, nadie la sabe pero todos hacen quinielas y hasta le ponen nombres a los culpables que son más de uno.

El tema de debate y hasta de polémicas es LA CRISIS que a todos nos afecta. Unos dicen que no es culpa de banca, lo achacan al socialismo y hasta se aventuran a presagiar la vuelta del patrón oro. Limitar el gasto público sin tocar a la sanidad que es asunto más que sagrado. Menos actuación política y más participación de la sociedad civil. Más iniciativa privada.

 
Hay democracia y economía de juego sucio y juego limpio. Hace falta la aplicación de consenso de valores éticos en función del enriquecimiento espiritual. Recuperar principios con menos participación de Estado y que el que tenga que gobernar se lo crea para que posteriormente lo aplique correctamente.  La democracia no debe acabar con la libertad. La arrogancia de los políticos debe ser controlada, esos poderes desmedidos que a veces llevan a cometer errores económicos irreparables, deben ser controlados.


Tantos políticos imputados en hechos delictivos dejan muy mal parado a cualquier gobierno y por ende a cualquier país. No es la mejor manera de salir adelante porque cuando no se tiene la dignidad como estandarte el pueblo jamás depositará su confianza. De la crisis debemos salir todos juntos, unidos como si fuera un puñado de garbanzos recién sacados de campo.


La burbuja inmobiliaria destapó la olla de grillos, especulación de los bancos, la responsabilidad y el deber como principio de un juego limpio. El capitalismo, los americanismos, hace falta una sociedad con deberes y derechos que nos darán la  libertad para el cambio.


En España diríamos que la culpa des de ZP, en Estados Unidos que es de Abana, en Dominicana que es de Leonel Fernández y así iremos poniendo nombres y apellidos a una situación que más que personal es de todos, porque a todos nos afecta en menor o mayor grado.

Qué precio estaríamos dispuestos a pagar para salir de la crisis, qué preferiríamos si el recorte en gastos públicos o la subida de los impuestos, estaríamos de acuerdo en suspender tantos puentes y festivos o tal vez aceptar de buena gana no recibir las dos pagas extras que por ley se otorgan en España cada año, me refiero a los que están en nómina al día de hoy. Hasta donde estamos dispuestos a involucrarnos recortando muchos de los gastos innecesarios que tenemos, a valorar el dinero, a tener prioridades y ser absolutamente comedidos modificando nuestro estilo de vida sin dejarnos arrastrar por ese consumismo que nos hace pensar que nos están regalando las cosas así porque sí.  Volveríamos a los remiendos y pantalones gastados por el excesivo uso, estaríamos dispuestos a repetir ropa de temporadas anteriores, a pasar de tanta tontería que al final comprobamos que no era nada más que capricho, enseñaríamos a nuestros hijos a no ser tan exigentes y que si tanto dinero necesitan que  controlen sus gastos o trabajen si es que encuentran claro está.  Todo  sacrificio es recompensado de una u otra manera.  


Debemos afrontar la dura realidad que nos viene azotando hará varios años sin que apenas nos hayanos enterado. Alguien recuerda que ante la alarma el Gobierno decía tranquilos todos, tenemos el asunto controlado y cuando ya no se podía ocultar ante la evidencia pues ahí se dijo que teníamos crisis, estamos en vías de perder muchas coberturas, recortes sanitarios y otros tipos de subsidios.

El Gobierno tiene una gran responsabilidad de cara al ciudadano y si hay que hacer recortes que empiece por esos grandes gastos en pagas innecesarias a un montón de Asesores que no hacen nada más que sumar números en existencia. Esos nombramientos a dedo deben cesar cuanto antes y aquellas inversiones que no sean puramente urgentes deben ser postergadas para más adelante, si es que salimos e la crisis.


Las personas que han tenido problemas con préstamos bancarios de seguro de haberse imaginado lo que vendría más adelante, tengo por seguro que no se hubiesen metido en hipotecas y otros tipos de préstamos, o sea que actuaron de buena fe, ahora bien, los bancos al hacer los préstamos igual se aprovecharon incluyendo cláusulas abusivas y perjudiciales para sus acreedores, ahora que estamos en medio del problema el Gobierno debe conceder una moratoria o suspenso de pago aún sea temporal en favor de esas familias que están siendo desahuciadas y lanzadas a la calle de una manera abusiva y poco humana.

Si los Juzgados están tan saturada que alguien me explique qué hacen los bancos, inmobiliarias y otros para echar tan rápidamente a gente inocente a la calle, casos de mujeres recién paridas, señores mayores con graves problemas de salud, qué vamos a hacer con esta gente.   Dónde están los servicios sociales que no vienen en su apoyo y hasta defensa, tienen que venir los Indignados a interceder en todos los casos de indefensión???

 
Cada mañana cuando  despierto me cuesta reconocer que estoy en Europa porque esta situación es más propia de países tercer mundistas, casualmente de dónde vengo yo, o sea que venir desde  tan lejos para nada no tiene premio. Sinceramente la situación que se está viviendo en España es de pena, indignación y vergüenza. A ver si los responsables pueden pegar ojo cada noche sin que le corroa el mea culpa.


La falta de entendimiento  y colaboración entre todos los políticos hace un flaco favor a las vías de solución del problema, mientras todos sigan mirando al opositor se seguirán encontrando con el enemigo en casa porque España es la casa de todos los españoles y el problema está aquí, en medio nuestro y nos transforma nuestro día a día.   La inseguridad está causando pavor y la indigencia nos tienta a cada segundo, hoy es mi vecino y mañana puedo ser yo.   Si tenemos dos dedos de frente tenemos que aunar esfuerzos y tirar hacia adelante, con carros y carretas y si fuera necesario hasta con los niños y mayores subidos en la cabeza,  porque unos  fueron el ayer y otros serán el mañana.

 

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