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jueves, 30 de diciembre de 2010

La risa de Alba



Autora: Doris Sánchez


Tengo la gran dicha de tenerla como vecina, es la que sin querer alegra mis días y relaja mi sueño cada noche. Ella sin saberlo ha sido e soporte principal y parte de mi terapia para el retorno a la vida y la alegría después de mucha tristeza en mi vida. Es mi vecina de al lado, tan joven como su sonrisa.

Una difícil separación y un posterior divorcio traumático marcaron mi vida y gracias a este y otros incentivos poco a poco he retomado la alegría y ganas de luchar por alcanzar mis mis objetivos.

Una chica tan joven y con la alegría como norte no solo ha sido capaz de llenar su casa de alegría cual pétalos aromatizados en pleno desierto, con tierra árida y falta de agua, donde la naturaleza ha brillado por su ausencia dejándome en medio de un desierto ante el silencio y la soledad más absurda, Alba ha traspasado las paredes de su casa para llegar hasta la mía alguna vez despertando mi sueño pasado la una de la madrugada, pero es tan grato escucharla reír, me contagia su alegría y casi me invita a secundarla, nunca me ha molestado todo lo contrario.

Es  muy agradable sentir que alguien ríe aún en los tiempos difíciles que vivimos, con tanta indigencia, paro y familias tiradas a la calle como viejos muebles a los contenedores o depósitos para su destrucción.   Dios Sabe lo que hace y en medio de nuestros caminos coloca alfombras acolchadas para suavizar nuestro andar y convertir nuestro lamento en llanto. Cuando dije a Alba lo hermosa de su risa me dijo, si le molesto seré más discreta al reír y le respondí que todo lo contrario, he de darle gracias porque necesito su risa para alegrar mis días y recordar que aún estoy viva, que tengo metas por alcanzar y que el pasado debe quedar atrás, que existe una familia y una vida por reconstruir. Un corazón por reparar y darle nuevas oportunidades de latir y volverse a amar.

La risa de Alba me renueva y doy gracias a Dios por tenerla a mi lado, por escucharla cada día cuando a penas nos hemos visto físicamente unas pocas veces en tres años, su risa me basta y me llena de gran satisfacción, ojalá Dios le permita reír todos los años de su vida para alegría personal y de los que tenemos la gran dicha de disfrutarla. La risa es una gran virtud y aparte de movilizar una gran cantidad de músculos de la cara causa aceptación en aquellos que la poseen, ser feliz se transmite por medio de la risa y qué mejor regalo que alguien agradable a nuestro lado.

Cuando ya no pueda escuchar su risa la echaré de menos. Cuando Alba ríe yo río también y aunque no sepa parqué ríe me basta escucharla para reír a cualquier hora del día o la noche. Me aporta muchas ganas de vivir.

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